2013/06/27

Adiosikan ez dugu eta...


Agur ikusi artian.

Horrela despeditzen da urtea despeditzeko kanta Irunen. Blog honek berdintsu egiten du: formatu honetan ez baina beste berri batean jarraituko du. Esker mila eta orain arte.

Como el verso de despedida de la canción de despedida del año de Irun, este blog no se despide, sino que continúa en nuevo formato en la siguiente dirección. Gracias y hasta ahora mismo.

La cançó de final d'any de Irun no s'acomiada, però diu "fins a la propera". Jo no us demano pas estrenes, però, si us plau, aneu a la nova adreça per a continuar llegint el meu blog, també una mica en català.

Ne me quittez pas... mais suivez mon blog sur la nouvelle adresse. Merci et à très bientôt.

Adisahtz: Aguest blog contunhe en d'aute naua direccion. Granmerces.

Iste blog ye agora n'una nueba direuzión. Grazias.

 
 

2013/04/28

Viendo crecer la hierba


Quien se haya interesado por la obra de Gaudí sabrá que la observación de la naturaleza es una de sus principales características. En su caso los resultados son sorprendentes, parecen mágicos. Novedoso, pero no algo nuevo; de hecho, es la base de la ciencia. Generalmente ciencia y mito se suele contraponer, y casi siempre en detrimento del segundo. Sin entrar en que sus fines son diferentes, y sin cuestionar lo mucho que de prejuicio ha tenido (¿tiene?) la investigación científica a lo largo de la historia, el Pirineo nos ofrece casos en los que lo mitificado, precisamente, es la observación de la naturaleza y su aplicación técnica. Ya se puso un ejemplo en la entrada del 8 de abril de 2012, donde los basajaunes (o el diablo, que más sabe por viejo) conocen secretos que estaban ahí, pero los cristianos no eran capaces de apreciar. La sierra surge de fijarse en la hoja del castaño.
hoja de castaño
Hoja de magnolio expuesta en el centro de interpretación de Gaudí en Reus:
"El gran llibre sempre obert i que cal esforçar-se a llegir es el de la naturalesa;
els altres llibres estàn extrets d'aquest i a més contenen les equivocacions i les
interpretacions dels homes"
Ciertamente, el de la sierra es un ejemplo simplón si se compara con los resultados de Gaudí. Pero hay otro secreto de los basajaunes (hay más, pero hoy baste con este), el mismo de los dragos de Coserans y de les hades de las Landas (¿femeninas o masculinas? porque siempre vinculamos hada con mujer y herrero con hombre: interesante tema, pero para otra vez). Actualmente es incluso difícil de explicar, tan lejos vivimos de la forja tradicional. Se conoce como soldadura a la calda, y consiste en unir dos piezas de hierro al rojo vivo añadiendo entre ellas una especie de arcilla de río. Dicho así parece fácil, pero exige una aguda observación del momento exacto en que el hierro adquiere un color determinado y comienza a “sudar”, es decir, a desprender finas gotas fundidas: si lou fer a seudat, sable de ribiero i a boutat. Es imprescindible saber calcular la temperatura, obviamente sin termómetro y observando el color y textura, ya que si es más baja la arcilla o arenilla (que no es cualquiera, ni preparada de cualquier modo) no ejercerá de aglutinante, y si la temperatura es más alta, tampoco. Sin conocer esta técnica era prácticamente imposible fabricar hachas, cadenas, etc.
Frabricar un hacha consiste en doblar una pletina de hierro en U e insertar una
cuña de acero en sus extremos. Si se hace bien, el resultado soportará la enorme
presión de  miles de golpes hasta que el filo de acero se desgaste por el uso.
No es de extrañar que  los herreros aparezcan constantemente en los mitos pirenaicos, a menudo de forma ambivalente, por necesarios y temidos, tan inextricable es su oficio y tan beneficiosos sus resultados.
Porque, si ya es difícil aprender la técnica, ¿cómo no creer sobrenatural que alguien llegara a concluir que la arcilla aplicada al hierro rusiente actúa de pegamento?

2013/04/12

Somewhere, over the rainbow

Que los relatos míticos rezuman poesía es algo que advirtieron, entre otros, Azkue y Caro Baroja, el primero hace ya un siglo. Hasta en los versos burlones contra Peramea y en la tremebunda fórmula de excomunión de la entrada anterior se halla poesía, o en las rimas de los zozomikoteak en euskara y los manllevats catalanes (ver entrada del 1 de abril de 2012, “los días prestados”) que este año han llegado con un poco de retraso, pero no debilitados.

El ejemplo de esta vez es poético, incluso un punto lírico hasta en la coincidencia. También en abril de 2012 ponía un ejemplo extrapirenaico pero muy habitual, y marcado en piedra. Pero el de esta vez es especial. Si hace poco hablaba de la lluvia, ahora le toca al arco iris, que ni siquiera es un fenómeno meteorológico, sino simplemente óptico, y sin embargo o quizá por ello mismo es objeto de numerosos mitos. Plou i fa sol: les bruixes s’en pentinen, me dijo el Jaume cuando le conté lo que les voy a contar, y no faltan otras conclusiones míticas a algo tan chocante como la lluvia con sol, desde bodas de zorros vascos hasta de locos en Japón. No olviden que según la Biblia Dios selló con un arco iris su pacto de no enviar más diluvios a la humanidad. La exposición de La Lluvia de San Telmo presenta otros poéticos ejemplos. Y seguro que les suena que el arco iris surge de un caldero lleno de oro, que vemos muchas pelis.

La imagen es muy mala ,pero el lugar y el momento, mágicos:
desde el coche, parado porque no se podía avanzar por la tromba que había
adelantado el anochecer, sobre el mar que se tragó la primigenia Baiona por la
falta de caridad de sus habitantes, entre un doble arco iris se ven las rocas de
Hendaia lanzadas por Roldán y sobre las que se celebraban akelarres...
junto a Sorginzilo, el agujero de las brujas (ver entrada "Y las otras" de marzo)
En el País Vasco, entre otras historias, se dice que quien lo atraviese cambiará de sexo. Por eso, cuando leí que contaban lo mismo de la Roca Foradada entre Figuerola del Camp y Barberá de la Conca, y vi la foto, no pude evitar pensar que era un arco iris de piedra. Claro, allí hace falta algo más para que se obre el milagro: atravesarlo con un cesto lleno de agua en la cabeza. Transportar agua en un cesto es, precisamente, la viva imagen de la imposibilidad, lo mismo en una burlesca coplilla extremeña al novio chuleta (“de mí no tengas sospecha, que me tienes tan segura como el agua en una cesta) que como trabajo que se solicita a los genios pirenaicos (gillen, minairons, o simplemente diablos) precisamente para que no lo puedan realizar y dejen de importunar a sus ya hartos dueños.
 
Insisto: ahora me quedo con la poderosísima fuerza poética de los mitos, más allá de consideraciones de género, poder, códigos morales, “ordenación territorial y moral”, etc. que han ido surgiendo en las entradas anteriores, y las venideras. Imagínense a alguien cruzando en plena escalada (¡hay que ver el sitio!) cubierto por el aura iridiscente del agua cayéndole de la cabeza mientras atraviesa un arco de piedra… o mientras cruza bajo el arco iris. Y para cambiar de sexo, algo que gran parte de la población sigue considerando antinatural. Anti no sé, pero sobrenatural, al menos con este método… ¡no me digan que no!

 
Nota: en la Conca de Barberà, concretamente en Solivella, hay otra roca foradada de la que se cuenta lo mismo (y otras en otras comarcas, pero no me consta que con este mito). Gràcies, moltes gràcies a la dona de l’Ajuntament que, quan li vaig demanar, em va contar que de petita hi anava, i va trucar a un senyor molt amable que em va ensenyar com arribar, malgrat la roca ara estigui blincada i el camí tancat de malesa, i em va contar coses molt interessants. Potser una altre vegada amb més temps... i de pas trobar la petjada del diable, que Solivella n'es molt ric, en mites i llegendes.
Puig on es troba la roca foradada de Solivella... si podeu trobar-la.
 Gràcies de nou i fins aviat.

2013/03/31

No els guardeu de pedregada

De nuevo recurro al Pont d’Arcalís para el título, en este caso obtenido de unos contra-goigs. Y tanto que contra, porque en vez de pedir a favor de lo que siempre se pretende evitar… si no es para el pueblo vecino: “Sant Corneli, leri, leri, aplaneu els d’Aramunt”.

Los versos finales de la entrada anterior daban pie a muchos comentarios, como la incapacidad de eliminar tan formidable fuerza de la naturaleza (o de las brujas, diablos u otros seres malignos, o simplemente que la naturaleza sin cristianizar se presenta siempre brutalmente hostil…) como son las tempestades, y a lo más que se llega es a desviarlas, una de las principales funciones de los curas. Y a veces de los no curas: ermitaños, sacristanes, mendigos, algunos hombres y sobre todo mujeres podían conjurarlas. Y en algunos relatos, mujeres contra mujeres, concretamente nueras contra suegras-brujas provocadoras de tormentas, o directamente Mari… El uso de ciertas plantas, de ciertas vestimentas, de ciertas herramientas, minerales, del agua y el fuego, la edificación de lugares específicos como los esconjuraderos aragoneses o catalanes, la enorme variedad e importancia de rituales, etc. evidencian la importancia de la lluvia y fenómenos anexos en todas las comunidades tradicionales pirenaicas, y realmente fuera del Pirineo también.
Ya se apuntó en la entrada anterior. Ahora solo quiero centrarme en el concepto “comunidades” que acabo de citar. Al célebre cura aragonés no le bastaba conjurar las nubes de tormenta y desviarlas. También pretendía que “pa´ que jodiendo al vecino lo hicieran en Plan”. Podía enviarla a montes deshabitados, fórmula muy habitual. ¿Deshabitados? Así lo hacía un cura de la comarca guipuzcoana de Goierri, hacia Aralar, y provocaba la ira de los pastores que allí se encontraban. Pocos montes hay realmente montaraces en el Pirineo. Pero el cura Bruno Fierro, como otros muchos, ni lo intentaba, al contrario, y directamente indicaba el valle vecino. Las fórmulas de conjuro son variadísimas, pero se pueden resumir en “protege lo mío y lo de mis amistades y fastidia a tal o cual.

Un ejemplo: el cura de Arizkun, en el navarro valle de Baztan, no disimulaba su desprecio al barrio de Bozate y usaba esta fórmula que mezclaba euskara y romance, algo habitual: Guarda la Arizkun, borroka la Bozate.
Hay muchos lugares en el Pirineo que manifiestan sobre el terreno "el otro";
pero pocos, tal vez ninguno, tan claramente como Bozate.
La rivalidad entre casas, barrios, pueblos y valles vecinos es una de las características de las sociedades tradicionales (y de las modernas, aunque ahora las distancias pueden ser mayores y canalizadas deportivamente… o no, pero lo voy a dejar ahí). La lluvia, elemento vital, es un fenómeno meteorológico que no podía quedar fuera del orden social. Una fórmula de excomunión del s. XVII donostiarra, entre otras cosas tremebundas dice: “no llueva el cielo sobre cosa vuestra, sino fuego y piedra”.
Por lo general las cosas no son tan terribles y hasta acaban siendo motivo de risa… eso sí, burlesca, como corresponde a las relaciones vecinales. Además de lo arriba citado, unes cobles del Peirot, de nuevo cantadas por el Pont, cierran esta entrada con la misma pregunta que la anterior: ¿para qué sirven los santos si ni siquiera controlan los fenómenos atmosféricos?

                Els martisants de Peramea
                les han dut a Montcortés
                amb fe que farien ploure
                però d’això no hi hagut res.
                S’han hagut de barallar,
                la di-go, di-go, di-go, di-go
                S’han hagut de barallar
                per poder-los fer tornar.
Peramea visto desde el camino a Montcortés.
 Y luego se quejarán de que los cambien por un porrón de vinagre. Eso, para otra vez.

2013/03/18

Aigua, més aigua



Holaxeko izenburua du El Pont d’Arcalís Pirinioetako musika-taldearen album batek, “pregària per fer ploure” delakoaren lelotik hartuta.

“Euria” da Donostiako San Telmo Museoak inauguratu berri duen erakusketa. Berez, Pariseko musée du quai Branly-tik ekarria da, eta ez dio heltzen meteorologiatik edo alderdi atmosferikotik. Asmoa da hainbat kulturatan (“là où dialoguent les cultures” da Branlykoaren leloa) erakustea nolako adierazpen erritual edota artistikoak garatu diren euria erakartzeko edo hartaz babesteko, edo sentimenduen zein egoera zenbaiten metafora gisa.

Atzo meteorologiaren nazioarteko eguna zenez, eta blog honetarako egokiago, gaur Erramu eguna denez (nahiz eta gaur egun nekez saihestuko ditugun ekaitzak sukaldean ereinotz bedeinkatua erreta, bitrozeramikaren garaiotan), bistan da zein den jorratu beharreko gaia.

Blog honetan bertan agertu izan da euria erakartzeko erritualik, 2012ko maiatzean sareratutako “Sequías económicas” sarreran, esaterako. Erakusketak bi gauza garbi uzten ditu: batetik, halakoak badaudela nonahi, Pirinioez askoz ere harago; bestetik, gurean orain errito kristauak diruditen arren, “magia sinpatikoarena” omen den baliabidea hedapen handikoa dela. Halaber, taldeentzako material didaktikoetan, erakusketan azaldutako sinesmenak, gaur egongo gaztetxoen mundutik at diruditenak, denboraz eta espazioz horren urrutikoak ez direla erakutsi nahian, euskal adibideak erabiltzen dira. Egia esan, Pirinioetan eta oro har Mendebal Europan adibideak aurkitzea ez da harrigarria, blog hau bera lekuko; alderantziz, hainbeste eta hainbesteren artean aukeratu behar. Baina nolabaiteko zirrara sortzen du erritu batzuen edo zenbait materialen erabileraren antza norainokoa den jakiteak, haien tartean milaka kilometro–geografiko eta, areago, kultural– egonagatik ere. Erreparatu, bestela, erakusketako zenbait argazkiri eta Fernando Iriartek eta Itziar Muñizek maisuki prestatutako instalakuntza artistiko-metaforikoari, eta alderatu El Pont d’Arcalísek albumerako hautatutakoei: hemen eta han, lurra egarri dago, eta urak ez bestek emanen dio bizitasuna.
 

 
 
La terra n'és amanta, la terra se mos seque...
Gràcies, Pont d'Arcalís. Eta eskerrik asko, Fernando eta Itziar.


Batzuetan euritetik babestu beharra ere badago. Pirinio atlantiarrean noiz edo noiz lehorteak pairatzen badira ere, soberako urak eman ohi du problema gehien. 1770eko maiatzean, abenduaz geroztik atertu ez eta kostaldetik Nafarroako Erriberaraino herri askok eta askok zeinek bere santu, Kristo edo Amabirjina prozesioan atera zuten. Irunen ere, bederatziurrenaren burutzeko prozesioaren ondoren, bertako Amari erregutzeko, eliza mukuru zegoen, Donibane Lohitzune eta Pasaia arteko jendeak hurbildu baitziren. Bai eta hobera egin ere. Uztak salbatuko ahal ziren!
 


 
Irungo eliza. Kanpandorreek berebiziko lana egiten zuten ekaitzak uxatzeko tenorean.


Dena den, maiatzetik aurrera (“ttikia banaiz, haundia banaiz, maiatzean burutuko naiz” esaten omen du gariak) uzta bildu arte, eurite luzeek baino gehiago, bat-bateko erauntsiek ematen zuten beldurrik handiena: zerbaitengatik esaten du ene amaginarrebak, Errioxakoa baita: “me da más miedo que un nublau”. Donostia erre eta berreraiki zela aurten berrehun urteak betetzen direla eta, hainbat datu historiko plazaratu dira hartarako propio sareratu webean. Besteak beste, orduko udal langileen zerrenda, “conjurador” eta guzti. Asko hitz egiten da erlijioaren eta bereziki Elizaren eraginaz gizarte tradizionaletan. Baina gutxitan aipatzen da apaizek betebehar espiritualez gain izaten zituzten zeregin praktikoez… Bai, praktikoez: gure ikusmolde modernotik praktikotasun hura eztabaidatzea gure kontua da, ez haiena.

Begira (eta entzun, aukera izanez gero) zer kantatzen duen “La Ronda de Boltañak” Sobrarbeko apaiz baten bizibideaz, eta zuek epaitu:
Cuando era cura de Espierba,
tuvo que ir a esconjurar
una tormenta muy negra
con la cruz procesional.
Como el agua no paraba
al monaguillo gritó
“Ridiós, saca o Cristo gordo,
que este es chicorrón!”
Sin embargo en Saravillo
ya dominaba el oficio,
y esconjuraba tormentas
cualquiera que fuese el Cristo.
Las nubes llenas de piedra
no dejaban descargar,
pa’ que jodiendo al vecino
lo hicieran en Plan
Bruno, Bruno, Bruno Fierro,
aunque muy santo no fue…




Bat-bateko ekaitza Sobrarben, 2012ko maiatzean,
Grauseko Pirinioei buruzko jardunaldietatik bueltan.


Zeren eta, goian aipatutako sarreran bukatzen nuen bezala: zertarako balio du santu batek, bere eginbeharrak betetzen ez baditu?


2013/03/08

Y las otras

Este blog cumple un año. Y un día como el 8 de marzo no podía pasar inadvertido. Debería ser una entrada para la evaluación y plantearse el futuro y esas cosas; pero hace tiempo ya que lo quiero replantear, al menos formalmente. Ahora prefiero culminar este año cerrando un miniciclo con el otro inicio del año, el despertar del oso y el atisbo de la primavera, aunque la primavera pirenaica no sea meteorológicamente muy de fiar.

El otro, los otros, y ahora las otras. En las sociedades tradicionales pirenaicas, como en las modernas neoyorkinas o singapurenses, siempre aparece el otro, ya sea mítico (dragón), mitificado (oso) o simplemente “extraño”, no raro, sino impropio, “no propio”. Eso sí, en el Pirineo, y no sé exactamente si en Nueva York o en Singapur, pero en otras muchas sociedades tradicionales y supuestamente modernas también, “la otra, las otras” no proceden de culturas extrañas, sino que son parte de la propia.
Aunque tanto a agotes como a gitanos, sobre todo gitanas, se les han atribuido artes hechiceriles, la bruja es parte de la misma comunidad, y no solo viejas pobres y aisladas, también la mujer del alcalde o la madre del cura lo pueden, lo suelen ser. Lo de los alcaldes y curas se podría entender como miembros destacados pero criticables de la propia comunidad a los que se ataca por donde más duele; pero “la otra”, a menudo es de la propia familia y no por ello menos malvada o castigada. Y aunque también existen brujos en el Pirineo, sobre todo son brujas “la otra propia”. En euskara sorgin puede ser masculino o femenino, aunque casi siempre se traduce como bruja, y desde luego la abundantísima toponimia pirenaica en lenguas romances no da lugar a la ambigüedad. Porque esta cercanía se refleja en la proximidad a los espacios habitados y cristianados de los lugares de encuentro brujeril, los famosos aquelarres (para otra entrada lo de esta palabra), a veces en la misma plaza del pueblo, así como de los agujeros, simas, roquedos, planas, regatas, etc. "de las brujas".
Sorgintxulo de Errenteria, Gipuzkoa, es ahora una calle de alta densidad urbana.
Pero antes de la industrialización tampoco era un espacio salvaje, sino cercano
a la villa y al activo puerto pasaitarra, y junto a un convento de Capuchinos.
En esta proximidad coinciden los mitos, los cuentos y hasta en los testimonios históricos, en los que denunciantes y denunciadas vivían en la misma casa y hasta dormían en la misma cama. Y las acusaban no de hacer mal a la vecindad, sino a la propia hacienda, ganado, familiares.
 
Las trabajadoras quemadas vivas y ahora homenajeadas cada 8 de marzo no fueron, ni mucho menos, las primeras en arder: las precedieron a miles, además de otras tantas o más ahorcadas, lapidadas, apaleadas… o “simplemente” encarceladas, vejadas, expulsadas… y, a diferencia de las obreras, condenadas en esta vida y en la otra.
Tella, en el Sobrarbe aragonés: sus historias de brujas ahora se tratan como
patrimonio de tradición oral, se ponen en valor patrimonial y se señalan
los topónimos vinculados a la brujería en los recorridos a visitar.
 
Hay varios centros museales en el Pirineo que abordan la brujería. No sé si todos dejan claro que estudiar “las otras” nos dice más de lo que somos, o al menos de lo que fuimos, que de lo que fueron ellas mismas.

2013/03/01

Los otros otros

Decía en la anterior entrada que el oso es el animal mítico por excelencia, más que por animal, porque representa “el otro” humano. Pero en los Pirineos ha habido otros otros directamente humanos, y muy otros.

Por supuesto, y pese a idealizaciones actuales, o eruditas desde antaño, las culturas tradicionales pirenaicas no han sido igualitarias, ni mucho menos igualitaristas. Sí es cierto que en el Antiguo Régimen, respecto a sociedades vecinas muy jerarquizadas, en muchos valles las casas/familias constituían unidades con los mismos derechos jurídicos; algunos valles hasta se jactaban de hidalguías, o cuando menos franquezas y libertades, colectivas, que les hacían disfrutar de bienes comunalmente con un pago de impuestos relativamente reducido y sin excepciones; lo cual suponía que las casas más ricas y las más pobres pagaban igual cuando en la práctica las ricas se beneficiaban más de los bienes comunales, cargos públicos, etc. Pero esto no es un blog de historia, por muy apasionante que sea. No me resisto, de todos modos, a poner un enlace para quien tenga interés entender el contexto cultural de lo que se cuenta en este blog (la mitología no está fuera de la realidad, sino que es una forma de explicar relaciones de poder con ejemplos sobrenaturales), ahora que el Conselh Generau dera Val d’Aran está poniendo en red los artículos de la Querimonia, algo así como la Constitución del Valle de hace 700 años.
A cambio, grupos humanos que en otras sociedades ocupaban los puestos más bajos, en los Pirineos quedaban directamente excluidos del orden legal, económico, social y, sobre todo para lo que ahora nos interesa, del imaginario colectivo, de la forma en que las colectividades se representaban a sí mismas, por ejemplo en el folklore. Ahora el folklore es término secundario, a menudo despectivo; pero yo hablo de los tiempos no tan lejanos en los que representar ciertas coreografías en ciertos espacios reflejaba y a la vez reforzaba el quién es quién de cada comunidad.
 
Por ejemplo: ¿por qué no podían bailar los agotes en la plaza, o participar en las procesiones, o ser enterrados junto a los “cristianos viejos”? Entre otros muchos orígenes y atributos, a cual más fantástico incluso cuando se pretende histórico, voy a contarles el de una prima de mi madre, Kattaliñ Ansalas Perurena, que oyó cuando trabajaba de dependienta en Elizondo, capital y centro geográfico de Baztan (ella era de una esquina, Almandoz, y la memoria de los agotes se mantenía aún en la otra, en Arizkun y Erratzu): una gitana huyó con el Niño Jesús en brazos mientras unos judíos la apedreaban. No sabía nada más, y no me quedó nada claro si los agotes descendían de los judíos apedreadores o de la gitana ladrona. Varios libros vascos y algunos catalanes después, he deducido que se suponía a los agotes descendientes de los judíos deicidas (todavía en grado de intento), luego cristianos pero siempre bajo sospecha. La gitana no robaba el Niño, sino que lo salvaba en su huida. Por eso los gitanos tienen derecho a ser nómadas y a vivir, aunque no sin conflicto, al borde de los cristianos. Obviamente, como el fenómeno de exclusión agote se extendió por toda Gascuña y también norte de Aragón pero no hasta el Pirineo catalán, en las versiones catalanas se insiste en el derecho de los gitanos al nomadismo, y los judíos simplemente siguieron siéndolo.
Hoy día, el folklore pirenaico sigue recogiendo en coreografías, sobre todo pero no solo carnavalescas, la presencia estereotipada de los otros, a veces tan otros que no son “nuestros gitanos”, sino caldereros nómadas, zíngaros de la Hungría, y tan recientes que “venimos en tren especial”.
Otro y otro: calderero con oso en Irun.
Y como súmmum de mezcolanzas, hoy día solo como componentes coreográficos en Lapurdi y Baja Navarra, sobreviven los kaskarotak, que hay quien dice que fueron un subgrupo con su propio folklore y su propia lengua inserta en la vasca, surgidos de uniones de personas de ambas etnias, la gitana y la agote; incluso la morisca, en su exilio a principios del XVII.
Kaskarotak bailando en carnaval en Heraitze, barrio de Uztaritze, Lapurdi.
Pero ya va a ser demasiado contar por hoy, porque el número de otros no se agota en una entrada.

2013/02/07

El oso, el otro

El animal mítico pirenaico por excelencia, por encima del dragón, es el oso. Porque es mucho más humano: es la representación “del otro”, pero del otro humano. Incluso hoy día, los argumentos que se esgrimen tanto a favor como en contra de su conservación tienen mucho que ver con el imaginario tradicional que le acompaña.

Por otro lado, el oso ejemplifica muchos de los planteamientos, explicitados o no, de este blog: la unidad cultural que subyace en las culturas pirenaicas; una mirada a la naturaleza imbuida de valores sociales; una mezcolanza indisoluble de elementos paganos y cristianos; la descomposición irregular en tiempo y espacio del mundo tradicional, y una más irregular recopilación de su patrimonio cultural, por lo que ahora sus componentes se nos presentan aislados y descontextualizados, como si fueran restos arqueológicos inmateriales…

La figura del oso en los carnavales pirenaicos es como para hacer un blog exclusivo. En lo que respecta a este, me limitaré –prometí ser más breve y no lo estoy cumpliendo– a solo dos anotaciones.

Una: tras décadas de progresiva desaparición no solo del oso carnavalero, sino de los propios carnavales en muchos valles (consecuencia de la despoblación y aculturación general que sufren), es una figura que se está recuperando. Cual indicador ecológico, ahora el oso es también indicador de una recuperación cultural e identitaria. Eso sí, por mucho que mire a las raíces, las nuevas, renovadas o incluso viejas representaciones siempre serán reflejo y motor de una nueva realidad, la actual; por ejemplo, turística.
Hartza: que se vista con pieles ovinas y no piel de oso se entiende, pero
lo de los cuernos de carnero... ¿Tal vez, pese al nombre, porque el animal
queda muy lejos de la realidad de Ituren y Zubieta desde hace más de un siglo?
A la población local y al gentío turístico parece darle igual.
Si mi difunta abuela (eso sí, baztandarra casada a aquel pueblo de mala muerte,
no zubietarra) levantara la cabeza y viera clasificado por el Gobierno de Navarra
como patrimonio inmaterial a aquella sarta de gamberradas...

Porque, aunque no se haya roto cronológicamente la cadena, el significado no puede ser el mismo. El carnaval de Arles, en el Vallespir, mantiene su idea nuclear: el oso despierta (lean la entrada anterior) y baja de la montaña al pueblo hambriento… de sexo. Su víctima es Rosseta, un varón travestido. El cazador la protege y afeita (eufemismo de castra, según dicen quienes saben de estas cosas) la bestia. El cortejo, hasta no hace tanto exclusivamente masculino, es hoy día mixto y la chiquillería se apunta. Y el carácter antes brutal resulta ahora gracioso, y la procacidad sexual, naïf. Incluso manteniendo las formas coreográficas y la continuidad, si la sociedad es diferente, el carnaval no puede ser, no debe ser, si quiere seguir siendo, lo que era. Por ejemplo, lo que antes solo era esparcimiento de mocerío, ahora puede ser ritual de autoafirmación, o reivindicación más o menos cumplida en las recuperaciones, colectiva.

En la maskarada, compuesta de complejas coreografías y múltiples personajes,
el oso existe, pero no es en la actualidad una figura relevante.
Es interesante resaltar que cada año la organiza una localidad que visita
todos los fines de semana, incluido los de Cuaresma, el resto de pueblos del valle,
manifestando y reforzando un sentido de comunidad supralocal.

Y dos: no debería haberme sorprendido, teniendo en cuenta que la misma melodía se conoce como branle de la localidad Bertrix, en la lejana Valonia; pero no pude evitarlo cuando, aterido de frío bajo la nevada, oí la estridente gralla catalana tocar la godalet dantza de la Maskarada  suletina. ¿O es en el carnaval de Zuberoa donde tocan con xirula la “caça del os” de Vallespir?
El oso rapta a Rosseta metiendo sus zarpas en la entrepierna, y el cazador lo persigue.
 

2013/02/02

Que el frío nos pille bajo tejado

Kandelero hotz, negua Joan da motz / Kandelero bero, negua heldu da gero
Es decir, que si hoy, dos de febrero, día de la Candelaria, hace frío, el invierno se va corto. Si hace calor, el invierno viene después. Hay variantes vascas y gasconas, por lo menos, a este refrán algo más que meteorológico: seguro que les suena, de nuevo porque nuestra cultura actual mira más a Hollywood que a los Pirineos, “El día de la marmota”. Pues su variante pirenaica hace (hacía) lo mismo tal día como hoy, pero con oso en vez de marmota. En algunos valles se esperaba a mañana, San Blas. Pero vamos a dejar para la semana que viene a este particular hombre del tiempo, que no mujer, porque estaremos en pleno carnaval y en muchos carnavales pirenaicos, mantenidos o recuperados, cobra especial relevancia la caza del oso, que no de la osa.

Tampoco me voy a centrar en la bendición de las velas típica de este día, y eso que tiene mucho que ver con la religiosidad popular más o menos cristianizada. En el calendario católico la Virgen de la Candelaria responde a la entrada de la Virgen en la iglesia (sería en la sinagoga, pero ya sabemos que el mito y la historia son cosas bien diferentes) tras cuarenta días del parto.
Se supone que en esa cuarentena, las mujeres paridas no abandonaban el hogar, y que su primera salida era, precisamente, a la iglesia. ¿Qué hacer si por necesidad había que salir de la protección que ofrecía la casa en ese tiempo especialmente vulnerable? Porque la vida pirenaica era muy dura, y que las mujeres se quedaran cuarenta días sin salir de casa era poco factible. Sin dejarnos tentar por el mito de la covada, más bien literario y erudito que popular, lo cierto es que la mujer parida pirenaica, como las otras, estaba en un momento muy vulnerable: la mayoría de los amuletos eran para las criaturas y sus madres. De hecho, uno de los nombres vascos de amuleto es zinginarri, literalmente piedra de zingiri, una especie de mastitis.
¿Qué hacer, pues? De todo el Pirineo, solo he encontrado una coincidencia en una forma de protegerse que, cuando la leí –porque por supuesto no la he visto ni oído a nadie– me pareció muy chocante: ponerse una teja en la cabeza: “Esta representa la casa” afirma Barandiaran, aunque después de decir que se usa (él lo pone en presente) solo en caso urgente. Y después afirma que la casa es símbolo de propiedad, por eso se incluían pedazos de teja bajo los mojones.
Mugarri (literalmente, piedra de límite) toponimizado entre Zalduondo y Araia.
Del origen mítico de la frontera entre ambos municipios de la LLanada alavesa,
ver la entrada "Cuentos de viejas" de 14 de mayo de 2012.
De hecho, es muy conocido, por lo vistoso y ya hasta turístico, el ritual de echar una teja al mar que el día de la Magdalena, 22 de julio, celebra el ayuntamiento de Bermeo para ratificar frente a Mundaka y Elantxobe su propiedad del islote de Izaro.
El diario Berria recalcó que una mujer por primera vez (hasta 2011 Bermeo no había tenido alcaldesa) tiraba la teja al mar. Seguro que al periodista ni se le pasó por la cabeza que se la pusiera en la idem. 
Tejados de casas de Zubieta, Navarra: incluso cuando se agrupan en
barrios o pueblos, las casas siguen manteniendo su personalidad física y jurídica.
Sin embargo, en el Pirineo se ha utilizado mucho la tablilla de madera, después sustituida sobre todo por pizarra, más que la teja. Podrían haber cumplido la misma función, pero no me consta. De hecho, las cabañas pastoriles de las parzonerías no se cubrían de teja porque eran de comunales, y los pastores solo tenían derecho de uso, no de propiedad.
Una vez más, mi adorada Garrotxa, comarca tan especial incluso dentro de un concepto amplio del Pirineo, me ofrece un ejemplo similar: sin preocuparse por la propiedad como tal, se centra en el otro aspecto que tanto resaltaba Barandiaran de la casa, que es un espacio protector. Eso sí, recogido en 1951, ya hablaba muy en pasado: “diuen que abans (…) es posava una teula al cap perquè aixì era com si no hagués sortit de casa”.  

Mas de la Garrotxa: pese a las evidentes diferencias de paisaje, materiales,
construcción, funciones, cultivos... el concepto de casa es (o era hasta hace poco)
similar en todo el Pirineo, y por tanto su concepción del mundo tradicional, también.
Gràcies, Jaume. per la foto i per tot.

2013/01/13

El mayor de los regalos

Acababa la anterior entrada deseando que sus correspondientes mitos les hubieran regalado carbón, premio y no castigo en las sociedades tradicionales pirenaicas y de alrededores.
Después he tenido oportunidad de charlar sobre el tema, y me llama la atención la viveza de tales mitos. Hay quien considera el Olentzero “imposición nacionalista” (vasca, se entiende) porque los regalos “siempre” (en una de las primeras entradas recordaba que mito es “lo que nunca fue y siempre será”) los han traído los Reyes Magos. Hay quien considera lo contrario: Reyes = imposición española y católica. Imposición difícilmente se puede considerar, en ningún caso, desde el momento en que ninguna institución, vasca o española, obliga a celebrar y menos a regalar en tales fechas, aparte de que el 25 de diciembre y el 6 de enero sean festivos, y por lo que yo sé nadie reivindica que sean laborables; es verdad que la segunda fecha ya no en la vertiente francesa de los Pirineos. En San Juan de Luz en los años 40 del XX  todavía desfilaban, lo que me hace pensar que su declive norteño se debe al calendario oficial, no a “su españolidad”, puesto que siguen comiendo rosco de reyes (ver foto de hace dos entradas); no sé cómo está la cosa en Andorra. Lo cierto es que hasta en su origen tienen similitudes, ya que los Magos saben del nacimiento de Jesús por una estrella, uno de los elementos atmosféricos que se citan en las muchas variantes pirenaicas del fin del mundo gentilicio e inicio del cristianismo.

Promoción comercial trilingüe y "tricultural":
cada mito regalador parece responder
a una lengua determinada, o viceversa.
 

Por eso mismo, en lo que sí hay coincidencia aunque parezca paradójica, es en la crítica que padecen tanto Reyes como Tió, Olentzero, Santa Klaus… Se está perdiendo el verdadero (sic: como el término "siempre", otro concepto mítico) sentido de la Navidad para crear productos consumistas, burdas copias supuestamente regionales/nacionales/estatales del modelo estadounidense. Una vez más Olentzero es paradigmático, ya que los ropajes autóctonos no ocultan, ahora, a un anciano rechoncho y bonachón de barba y poblada barba. Y el Esteru del occidente cántabro le imita, aunque no compite con los reyes sino que desfila con ellos… ¿tal vez porque no existe un nacionalismo cantabrista? En el caso catalán y aragonés, hay quien considera violencia pegar al tió para que cague: antes ardía, pero es que ahora no hay fuego en las casas… Y se recuerda que no es más que la variante pirenaica del árbol navideño. Pues sí, pero el árbol navideño hace décadas que no es de madera en la mayoría de los casos. Les invito a entrar en wikipedia, sobre todo en las discusiones, y calibrar la vigencia de todos estos mitos con la vara de medir del apasionamiento en las posturas. No se dejen engañar: que nos remitan a la “autenticidad” del pasado (eso sí que es un mito, que mucha gente sigue creyendo con más fe que mis abuelas en las brujas) no oculta que precisamente siguen vivos porque tienen sentido en nuestra sociedad actual.
A mí, historiador de formación y por tanto consciente de que el tiempo es un factor dinámico, no estático, me sigue gustando más analizar la sociedad tradicional, al menos para este blog. Y para eso hay que discernir muy bien los datos del pasado y contextualizarlos en cada momento, y no dejarse contaminar por las filias y fobias del presente.
Un ejemplo, recogido en mi Irun natal, cuando Olentzero no había sido “descubierto” como portador de regalos. Podría haber justificado toda su evolución posterior. Sin embargo, no fue así, porque, mucho me temo, el ejemplo a seguir era la cultura norteamericana más que una campesina monolingüe analfabeta, aun poseedora de un tesoro cultural del que afortunadamente se han salvado algunas perlas. Según ella, Olentzero no solo es el anunciador del nacimiento de Cristo, sino su primer seguidor sin perder la probablemente tradición anterior pagana del fuego solsticial:
Olentzero ementzen ikaskillia eta eraman ementzittuen egurrak Jesus jaio zen tokira, eta eiñ ementzuen sua eta Amabirjiñak esan ementziyon:
- Olentzero, zure eguna beti izango da señalatua, erregaloik onena zuk eiñ duzu. Otzak gaundezen eta sua egin diguzu
Olentzero, carbonero, llevó leños al sitio donde nació Jesús e hizo fuego para combatir el frío, por lo que le dijo la Virgen que su día sería señalado, ya que les había hecho “el mejor de los regalos”.
Pese a las modernidades, la leña sigue siendo uno de los principales combustibles.
Eso sí, el carboneo prácticamente ha desaparecido como actividad económica.
Por favor, que ahora nadie entienda que la Virgen le hizo ascos al oro, el incienso y la mirra. Agradezcan más bien este precioso regalo a Salbadora Ribera, del caserío Erbitegi, y a Nicolás Alzola por recogerlo y publicarlo hace ya medio siglo, cuando en Irun la mayoría de la gente, vascófona o no, consideraba el euskara no como una riqueza sino como un lastre, su patrimonio incultura y al campesinado, su casi único transmisor tras el abandono “en la calle”, como una sarta de ignorantes atrasados.
Insisto: sea quien sea, espero que les haya traído mucho carbón, o cualquiera de sus cálidos sustitutos actuales.

2013/01/05

¿Olentzero versus Reyes Magos?

En la actual sociedad vasca, fuertemente politizada y tan consumista como cualquiera otra europeo-occidental, hay quien confronta a Olentzero y Reyes Magos como portadores de regalos. Básicamente, “a favor” (o en contra, según quién) de Olentzero se argumenta que es anterior al cristianismo y solo vasco. Los Reyes, además de cristianos, son españoles y monárquicos, lo que atrae o aleja a uno u otro sector de población. Se podría discutir hasta qué punto Olentzero, personificación del mito del fin de los gentiles y/o del tronco solsticial, habría sobrevivido, incluso tal habría surgido como personaje, sin el cristianismo. En todo caso, lo importante es que si no fuese portador de regalos, hoy sería terminal. Otro tanto se podría decir de los Reyes, fiesta en teoría religiosa cuyas cabalgatas organizan los ayuntamientos y no las parroquias, que solo son “españoles” en la medida en que han perdido fuerza en otros países del orbe católico, y que por cierto compiten cada vez más, además de con Olentzero i el caga tió, con Santa Claus/Papá Noel. Por lo demás, es sabido que son de Oriente: San Nicolás sí que es español; por eso lleva a Holanda naranjas junto con los regalos. En la práctica, muchas familias vascas festejan (es decir, consumen) ambos mitos.
En el ábside de Santa Maria de Taüll, en la Vall de Boí, los tres Reyes Magos...
Mejor sería decir, tres de los Magos, que no reyes, según versiones.
Al tratarse de pinturas románicas, Baltasar "todavía no es negro".
Las cosas no se planteaban así hace cien años, cuando las sociedades tradicionales pirenaicas seguían siendo mayoritariamente ágrafas, prepolíticas y monolingües autóctonas, y católicas aun con una religiosidad popular impregnada de paganismo y a veces bastante alejada de la oficialidad; y, por supuesto, nada consumistas, más bien casi de subsistencia.
Como de Olentzero ya he hablado en la anterior entrada, me centraré en los Reyes. Obviamente, entonces solo traían regalos a la infancia de la burguesía, puesto que al mundo rural y al proletariado urbano todavía le faltaban un par de generaciones para ello. Los Reyes cerraban el ciclo navideño y abrían otro, el de carnaval. Según mi abuela navarra, concretamente baztandarra, en Oronoz se iba a misa y cada casa (entiéndase familia) aportaba tres presentes. A falta de oro, incienso y mirra, solían ser manzanas, nueces, avellanas, castañas… cosas de comer. El cura (la parroquia, y no el ayuntamiento, era la unidad de medida comunitaria, y el párroco su máxima autoridad) organizaba a la tarde una merendola para toda la chiquillería del pueblo. Es decir, que el rito reinterpretaba la adoración de los Magos al Niño Jesús en una escenificación oficiada por el cura para reforzar el sentido de comunidad mediante la aportación de sus unidades básicas, las casas, a quienes serían la generación futura.
No he encontrado correspondiente pirenaico. De hecho, no he oído otro caso similar al de Oronoz. En Igualada, población catalana no pirenaica, en el origen de su célebre cabalgata está la Beneficencia, institucionalización burguesa de la caridad católica comunitaria. Tal vez lo esté en muchas más. También en Irun siguen visitando los reyes el asilo, aunque hace décadas que no es la acogida de hombres y mujeres con muchos años y pocos recursos: los Reyes puede que sean “de siempre”, pero las realidades que ritualiza bajo formas más o menos permanentes, no.
Baltasar "negre" de la cavalcada d'Igualada, estudiada per
la antropòloga Savina Lafita Solé (gràcies per la foto, maca).
Y al revés: pese a las diferencias formales entre Olentzero, Reyes y otros mitos navideños, queda mucho del fondo común: “El Pont d’Arcalís”, en su disco Balls i cançons del Pirineu, canta el Ninou, una cançó de recapta infantil alturgellenca que glosa la vida de Jesús desde la Anunciación de San Gabriel hasta que resucitó al tercer día, incluido el tercer goig: …de l’Orient, / dels tres regnes fou present / volent saber lo naixement / de Jesús fill de Maria. Goigs cristanos que no obstante acaban como podría hacerlo el Olentzero basc que m’ha dit un ocellet que n’hi a a la Taverneta de Ripoll: la bona casa, la bona brasa / lo bon tió, lo bon carbó, / Santa Nit que Déu nos do! Lo que me hace pensar (eso y canciones similares halladas en la wikipedia, ese pozo de sabiduría siempre a contrastar), que se trata de una cançó de Nadal. Es decir, también allí, del solsticio más o menos cristianizado y para nada opuesto a los Reyes.

Sea como sea, espero que esta noche, o cuando sea el mito en que ustedes crean, les traiga mucho carbón. Porque, aunque ahora no lo parezca, el carbón era el premio, no el castigo. Pero eso es para otra entrada.