Decía en la anterior entrada que
el oso es el animal mítico por excelencia, más que por animal, porque
representa “el otro” humano. Pero en los Pirineos ha habido otros otros
directamente humanos, y muy otros.
Por supuesto, y pese a
idealizaciones actuales, o eruditas desde antaño, las culturas tradicionales pirenaicas
no han sido igualitarias, ni mucho menos igualitaristas. Sí es cierto que en el
Antiguo Régimen, respecto a sociedades vecinas muy jerarquizadas, en muchos
valles las casas/familias constituían unidades con los mismos derechos jurídicos;
algunos valles hasta se jactaban de hidalguías, o cuando menos franquezas y
libertades, colectivas, que les hacían disfrutar de bienes comunalmente con un
pago de impuestos relativamente reducido y sin excepciones; lo cual suponía que
las casas más ricas y las más pobres pagaban igual cuando en la práctica las
ricas se beneficiaban más de los bienes comunales, cargos públicos, etc. Pero
esto no es un blog de historia, por muy apasionante que sea. No me resisto, de
todos modos, a poner un enlace para quien tenga interés entender el contexto
cultural de lo que se cuenta en este blog (la mitología no está fuera de la
realidad, sino que es una forma de explicar relaciones de poder con ejemplos sobrenaturales),
ahora que el Conselh Generau dera Val d’Aran está poniendo en red los artículos
de la Querimonia, algo así como la Constitución del Valle de hace 700 años.
A cambio, grupos humanos que en
otras sociedades ocupaban los puestos más bajos, en los Pirineos quedaban
directamente excluidos del orden legal, económico, social y, sobre todo para lo
que ahora nos interesa, del imaginario colectivo, de la forma en que las
colectividades se representaban a sí mismas, por ejemplo en el folklore. Ahora
el folklore es término secundario, a menudo despectivo; pero yo hablo de los
tiempos no tan lejanos en los que representar ciertas coreografías en ciertos
espacios reflejaba y a la vez reforzaba el quién es quién de cada comunidad.
Por ejemplo: ¿por qué no podían
bailar los agotes en la plaza, o participar en las procesiones, o ser
enterrados junto a los “cristianos viejos”? Entre otros muchos orígenes y
atributos, a cual más fantástico incluso cuando se pretende histórico, voy a
contarles el de una prima de mi madre, Kattaliñ Ansalas Perurena, que oyó
cuando trabajaba de dependienta en Elizondo, capital y centro geográfico de
Baztan (ella era de una esquina, Almandoz, y la memoria de los agotes se
mantenía aún en la otra, en Arizkun y Erratzu): una gitana huyó con el Niño
Jesús en brazos mientras unos judíos la apedreaban. No sabía nada más, y no me quedó
nada claro si los agotes descendían de los judíos apedreadores o de la gitana
ladrona. Varios libros vascos y algunos catalanes después, he deducido que se
suponía a los agotes descendientes de los judíos deicidas (todavía en grado de
intento), luego cristianos pero siempre bajo sospecha. La gitana no robaba el
Niño, sino que lo salvaba en su huida. Por eso los gitanos tienen derecho a ser
nómadas y a vivir, aunque no sin conflicto, al borde de los cristianos. Obviamente,
como el fenómeno de exclusión agote se extendió por toda Gascuña y también
norte de Aragón pero no hasta el Pirineo catalán, en las versiones catalanas se
insiste en el derecho de los gitanos al nomadismo, y los judíos simplemente
siguieron siéndolo.
Hoy día, el folklore pirenaico
sigue recogiendo en coreografías, sobre todo pero no solo carnavalescas, la
presencia estereotipada de los otros, a veces tan otros que no son “nuestros gitanos”,
sino caldereros nómadas, zíngaros de la Hungría, y tan recientes que “venimos
en tren especial”.
Otro y otro: calderero con oso en Irun. |
Y como súmmum de mezcolanzas, hoy
día solo como componentes coreográficos en Lapurdi y Baja Navarra, sobreviven
los kaskarotak, que hay quien dice que fueron un subgrupo con su propio
folklore y su propia lengua inserta en la vasca, surgidos de uniones de
personas de ambas etnias, la gitana y la agote; incluso la morisca, en su
exilio a principios del XVII.
Kaskarotak bailando en carnaval en Heraitze, barrio de Uztaritze, Lapurdi. |
Pero ya va a ser demasiado contar por hoy, porque
el número de otros no se agota en una entrada.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada