2012/07/04

De San Pedro a San Juan

En 1564, el concejo de Irun decidió levantar una columna junto al camino real. Las autoridades hondarribiarras, celosas de la jurisdicción civil y criminal que les correspondía como villa, denunciaron el atrevimiento de lo que llamaban “mi aldea”. El concejo se defendió, y curiosamente le salió bien, alegando que no pretendían hacer “rolleo e picota”, sino un árbol pétreo que sustituyera permanentemente al árbol de San Juan que se plantaba todos los 23 de junio. Y coronaron la columna con una estatua del santo.

Disimulos independentistas aparte (junto al supuesto árbol pétreo se siguió colocando un chopo cada año que invalidaba argumento tan chirene), desde una concepción tradicional, no habría sido baladí la sustitución de la madera por la piedra, con lo que tiene una de simbolismo de permanencia frente a la renovación anual de la vida que simboliza la otra. Por eso, sin entrar en el apasionante mundo de separar historia y mito, algo muchísimo más difícil de hacer de lo que en principio parece, siempre me resultó chocante el argumento esgrimido hace varios siglos…

Hasta las obras de remodelación de la plaza, el árbol se plantaba junto a la columna.
El Ayuntamiento es dos siglos posterior a San Juan Harria, y a saber cuántos posterior al árbol.

…Hasta que me paré en Les, en el Aran (valle de Aran es una redundancia que contaré otro día) y contemplé eth haro, un árbol de verdad, no pétreo pero sí permanente, puesto que se alza desde San Pedro (29 de junio) hasta la víspera de San Juan, cuando es quemado entre rituales posiblemente vinculados a la fertilidad. Es decir, que la idea de un árbol permanentemente expuesto en la plaza del pueblo no es tan extraña. Antiguamente, en Les se plantaba el nuevo el mismo veinticuatro, con lo que ni siquiera pasaban cinco días sin árbol, como ahora.
Como San Juan Harria, eth haro se remata con un símbolo
pagano, la guirnalda vegetal, y uno cristiano, la cruz.
No voy a entrar a hablar de la vinculación de San Juan y sus santos vecinos en el caso de Irun (aunque ahora se dice popularmente “sanmarciales”, por el día 30, las fiestas son de San Pedro y San Marcial). Me había prometido ser más corto y ahora solo quiero destacar un aspecto: tanto en Irun como en Les, el elemento mítico/identitario local ha dado lugar a un topónimo que seguramente sobreviviría a la desaparición de los respectivos “árboles”: la Plaça deth Haro y la de San Juan Harria (harria = la piedra).

Tampoco me extiendo en el gran valor que tiene el propio espacio para entender los mitos y ritos que en ellos se protagonizan, sobre todo porque ya lo he contado en otras entradas.

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