2012/10/31

¿El fin del mundo nuevo?

El 28 de octubre es de doble santoral. Siguiendo al refranero vasco:
San Simon eta San Juda: joan zen uda eta negua heldu da. Es decir, que se fue el verano y llegó el invierno. Y este año se corrobora con un notable descenso de las temperaturas. Aunque la nieve ya había llegado hace unas semanas a las cumbres pirenaicas, todavía no se podía ver, como esta semana, desde la orilla del mar. Las cuatro estaciones del año en el calendario vasco son dos: negua, invierno, y uda, verano, incluyendo el nuevo, berri (primavera=udaberri), y el último, azken (otoño=udazken). Pero hubo un tiempo mítico pirenaico en el que solo existía el verano. En un momento dado, la nieve, el hielo, las nubes, la bruma, incluso una nueva estrella hicieron su irrupción y comenzó el largo invierno de la época actual, una época dura, difícil, cargada de trabajo y esfuerzo para una magra recompensa… Al menos hasta que la nieve pasó de ser una maldición a una bendición y el mundo tradicional cambia tan rápido que en un par de generaciones se nos está haciendo irreconocible.
La excelente foto de Alonso Martín nos remite a la amenazadora nube luminosa
que indicó en Olarte, en el vizcaino valle de Orozko, el fin
del idílico mundo de los jentiles y la llegada del cristianismo.
Reflexiones similares se han hecho en varias entradas de este blog. Ahora quiero insistir en uno de los principales mitos de montaña, con variantes incluso en los Alpes. La mayoría de los mitos pirenaicos, aunque comienzan con la presencia de un fenómeno meteorológico hasta entonces desconocido, vinculan el fin de una época y el principio de otra con la llegada del cristianismo. Esta indisoluble unión de paganismo y cristianismo también está comentada en otras ocasiones. Curiosamente, esta vez el cristianismo no es la parte positiva, ya que es la época de escasez y dificultades. Se acabaron los pastos siempre fecundos que engordan a miles de vacas y ovejas, las cosechas de cereal a dos mil metros de altitud sin dificultad. Y comienza la trashumancia, la necesidad de bajar al valle en invierno. Las versiones vascas tienen algunos puntos en común y algunas diferencias con las de Bigorra, Cerdaña y Andorra, más similares entre sí. 
Valle de Estaubé, Alta Bigorra, en cuyo circo, en el llano de Alhet,
se cultivaba cereal hasta la llegada de un mundo con nieve.
Al pie del valle está enterrado Mulat Barbe, el anciano que predijo el cambio de era.
Detalle de las típicas flores de otoño... solo que todavía estábamos en agosto.
En todas el fenómeno meteorológico sorprende a unos habitantes un tanto ingenuos (a veces niños, a veces adultos que están jugando), que preguntan a un anciano (en el Pallars es la superiora del convento, y la que encuentra la joia bonica que resulta ser hielo, una novicia) casi ciego y/o paralítico. Este anuncia el fin de aquel mundo, y la llegada de uno nuevo, que en las versiones catalanas no es el cristianismo, pero en las bigurdanas y vascas sí suele serlo. Pide que lo maten o lo dejen morir de puro viejo (en Bigorra es casi milenario) y las generaciones jóvenes huyan valle abajo. Aquí varían las versiones vascas de las del Pirineo Central.
 
En Bigorra, Cerdeña y Andorra, se abandona el antiguo poblado y se crea uno nuevo allí donde una vaca o un buey deciden detenerse en su descenso.  En las versiones vascas, simplemente huyen y abandonan la montaña como lugar de vida permanente, o directamente desaparecen, a veces porque se esconden dentro de un dolmen. Es el caso de Jentillarri en Aralar. De hecho, fue en busca de este mito como Barandiaran encontró, no solo la leyenda completa del fin de los gentiles, sino el primer dolmen de Gipuzkoa. Y así decenas de veces, con este mito y otros, en fructífera relación de patrimonio arqueológico e inmaterial. En Bigorra la vinculación de patrimonio arqueológico y mítico también es evidente. Pero si Jentillarri  se merece entrada aparte, el Millaris bigurdano, topónimo que comparte con Aragón, no lo merece menos.  
Dolmen de Jentillari, donde se escondieron los jentiles tras el anuncio de la
llegada del cristianismo... excepto uno, que se merece entrada propia.
 
En Andorra y Cerdaña no sé si les interesa investigar los restos míticos de un pasado sin nieve cuando la webcam de Arinsal http://andorrawebcams.andorramania.com/arinsal.php, pueblo creado donde se detuvo la vaca, pretende atraer turistas a donde antes estuvo el primer pueblo, lugar poco habitable pero muy esquiable. El miedo de ahora es que nieve poco.  

Debe ser que aquella antigua época nueva también está llegando a su fin.

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